lunes, 30 de enero de 2012

En defensa de la Vida


Cada 25 de mes nos manifestamos, como católicos, como miembros de la comunidad política. En nuestras manifestaciones pedimos el fin del aborto sin excepciones. Nuestro lugar de concentración es la ciudad de Barcelona (Se inicia el acto en el Hospital San Pau, y se finaliza en la Sagrada Familia). Vemos que cada mes crece el número de los manifestantes. Sobre estas concentraciones hay que hacer alguna aclaración:

  1. El fin del aborto no vendrá, en primera instancia, a través del Parlamento. El germen que constituye una vida social recta y sana, en orden y en paz no nace, en primera instancia del poder político. No podemos pretender que el Parlamento sea un lugar mágico donde se cambie la realidad social que nos rodea. La labor en contra del aborto es una labor de concienciación, hemos de educar conforme a la virtud y la recta razón. El aborto es un crimen que abomina a cualquier persona virtuosa y que guía su vida conforme el criterio de la recta razón. Con el tiempo lograremos, que esta nueva generación de personas educadas conforme estos criterios lleguen al poder y destierren todas esas leyes insanas que van en contra del hombre. Es importante dirigir nuestra denuncia a los líderes políticos, para que sepan que hay gente que sigue defendiendo la vida, y esa gente no son ni mucho menos una minoría, aunque el hecho de que seamos muchos o pocos no me preocupa en exceso, porque, todos los que asistimos a los 25-V (25 vida), tenemos una cosa clara, y es que tenemos la razón, y ante esto tanto da la cantidad de personas que se opongan a ello.

  1. No buscamos confrontación con los contra manifestantes. Es de todos sabido que a nuestros 25-V, a favor de la vida, se unen los 25-M, a favor de la muerte (no sé si los que convocan la contra manifestación los llaman así, pero estarán conmigo al decir que no se aleja de la verdad), un grupo de indignados que asisten a insultarnos, a blasfemar, a tirarnos basura, piedras, sillas y todo lo que encuentran a lo largo de toda la Avenida Gaudí. No buscamos confrontación con ellos físicamente, buscamos confrontación con sus principios. Venimos como hombres de paz, y esta presencia provoca violencia. Pero no dejaremos de ir a defender la vida con este espíritu para evitar sus gritos, insultos y agresiones.


  1. Asistimos como católicos y nuestra manifestación es católica. Hay muchos que se empeñan en querer hacer el acto aconfesional. Nos manifestamos como católicos en la vida pública y no deseamos que esto cambie para nada.  Yo mismo decía en el punto primero, que el crimen del aborto abomina a toda persona que guía su vida conforme el criterio de la recta razón, y a partir de eso podemos concluir que esta gente, aun no siendo católica, podría unirse a nosotros para defender el derecho a la vida, pero que nuestra presencia explícitamente religiosa podría alejarles de hacerlo. Si que tienen razón en este argumento, pero con estas personas hay que hacer otra labor. Sobre esto hay que tener en cuenta lo siguiente:
    1. EVANGELIZACIÓN: Si existe gente de esta, ¿han probado evangelizarla? Nuestro acto no deja de ser un acto enraizado en la Nueva Evangelización.
    2. ¿Siempre ha de salir perdiendo Dios? No podemos reducir nuestros actos de culto y fervor popular al ámbito del Templo. Sobre esto hemos de tomar el ejemplo de Cristo que predicaba en el templo, y en la sinagoga, cierto, pero sobre todo, la gran masa de su mensaje hace referencia a momentos en los que está en la calle, en los que su predicación es al aire libre.
    3. Yo cuando asisto a un acto explícitamente laico, no vinculado con la religión, como podría ser una junta de vecinos, no exijo que recemos, o cuando asisto a una reunión con profesores en un colegio, no exijo que los profesores se santigüen antes de empezar la reunión, aunque, sin duda, dicho acto me daría confianza, sin embargo, me exigen que yo retire el culto, la oración de un acto explícitamente católico para que asista más gente. No podemos vender nuestros principios (y entre ellos está el dar culto a Dios públicamente) por ser un mayor número. ¿Dónde hubiera llegado la predicación del Evangelio en la época primitiva de la Iglesia si los apóstoles hubieran seguido este criterio? Los apóstoles también lucharon contra una realidad social que no aceptaban por su condición de discípulos de Cristo, como por ejemplo la esclavitud, pero su predicación, su argumentación no deja de ser racional a la par que religiosa, para alejarse, negar y condenar tan cruel realidad.

  1. El 25 de marzo en Barcelona se celebrará con estos principios. Se acerca la fiesta grande de la vida, se acerca el día de la Encarnación del Señor, y ese día se celebrará en la línea que se ha ido celebrando hasta ahora. No pactaremos con sacrificio de nuestro ideal, “es que seremos más”, dirán algunos, “es que vendrá más juventud”, dirán otros (si quieres juventud, coge un rosario, una cruz y sal a predicar el Evangelio). No, la fiesta grande de la vida en Barcelona, y esperemos que así sea en el resto de España, será una fiesta católica. Gritaremos no al aborto, y si a la vida, con el corazón y la mente puestos en el Santo Padre, en el Sagrario, en la Virgen Santa Maria.


Juan Paniello García
Portavoz AB. Jóvenes de San José.