RENOVACIÓN

      El concepto de adoración a Dios está perdiendo fuerza entre los católicos, cuando de hecho debería ser el punto central de nuestra vida. Somos adoradores del verdadero Dios, lo adoramos como a Él le gusta ser adorador.

      Dios debe ser adorado en todas las realidades temporales. Debemos de adorar a Dios a través de la familia, debemos adorar a Dios a través de nuestro trabajo, debemos adorar a Dios por medio de nuestro apostolado, debemos adorar a Dios por medio de todas las cosas que hacemos. Es por ello que todo lo que hacemos debe tener su centro y su fuerza en el acto de adoración a Dios más perfecto que existe, la Santa Misa. La Misa ha de ser nuestra fuerza, no debemos movernos, y menos los cristianos por sentimientos alocados. Llegan tiempos difíciles, vemos como se persigue de manera constante a los cristianos, en todos los ámbitos, pero también como con fuerza nosotros, los católicos, seguimos insistiendo, en no marchar.

      Sin embargo, hay un ámbito, que todavía, a los católicos españoles, se nos cierra y no se nos permite entrar como tales. Me refiero al ámbito de la política. La política como toda cosa creada a de estar al servicio de la divinidad, ha de estar al servició de Dios, ha de servir para adorar a Dios. No hay más camino que este.

      En este caminar del católico en la política ha de tener siempre presente que el bien ha de ser la luz que ilumine su quehacer. No podemos someter la verdad a referéndum, no podemos someter la ley moral y natural a la elección de la mayoría. No podemos pactar con sacrificio de nuestra fe. El fin no justifica los medios. El mal menor, no por apoyar partidos políticos que se oponen diametralmente a la vida y a la verdad. No podemos confesar que la libertad es el primero de los dones naturales del hombre, es necesario que realcemos la importancia de la verdad, que es la que nos hace realmente libres, y de la facultad que nos lleva a conocerla que es la razón.

      Mientras quede razón en este mundo podrá haber esperanzas de algo mejor, y si esa razón, que conoce la verdad revelada por Dios, aplica los criterios católicos que la Iglesia da para el gobierno de las sociedades, nos estaremos convirtiendo en colaboradores del Reino de Dios.

      Ahí vemos la importancia de la educación en la sociedad, ahí vemos que es necesario que la Religión Católica tenga muy presente el hacer colegios donde se enseñe la verdad. Gracias a Dios son muchos los colegios católicos que existen en Barcelona, pero por desgracia también son muchos de estos los que no siguen las enseñanzas de la religión en el ámbito de la sociedad y de la política, y en el ámbito de la liturgia, convirtiendo las clases de historia y religión, muchas veces en excusas para hablar mal de la misma religión, y son aprovechados estos ámbitos, muchas veces, para exponer ideas políticas y sociales contrarias al magisterio de la Iglesia católica. Y es cada vez más común, que las celebraciones litúrgicas en los colegios se conviertan en escenas teatrales, en las que en muchos casos, ni siquiera se celebra la santa misa, por inventar exceso.

      El primer paso es este, la liturgia, la adoración a Dios, debemos dejarnos llevar de lleno por la adoración divina, y no debemos intentar modificar en lo más mínimo un ápice de lo que nos manda la Iglesia. La renovación de la fe en Barcelona y en Catalunya entera, así como en el resto de España vendrá por la renovación en la liturgia. 

Rafael Mª Moreno Domínguez